Diseñar marcas y sistemas de identidad es un proceso fascinante, implica una gran complicidad con el cliente, necesitamos una fuerte dosis de confianza y al mismo tiempo muchas veces podemos ayudar a ver las cosas desde otra perspectiva aportando aire fresco a la institución o producto. En estos procesos, que involucran muchas horas de diálogo e intercambio, hay cosas que las vemos surgir una y otra vez. Nos pareció bueno hacer un punteo de estos temas para facilitar el trabajo a quienes están pensando en contratar servicios de diseño de identidad.
El logo no cambia a la empresa
Un logo no puede hacer que tu empresa sea lo que no es. Un logo puede aspirar a ser una fiel representación de tu institución pero nunca podrá hacerla ser lo que no es. A lo sumo un logotipo puede potenciar algunos aspectos presentes en la compañía y que no son del todo visibles por los usuarios. Parece obvio pero muchas veces nos enfrentamos a empresarios que quisieran que su empresa fuera distinta y en lugar de pensar en cambiar la empresa piensan que cambiando su imagen la gente no se dará cuenta que la compañía sigue siendo la misma. Es una muy buena forma de hacer fracasar un nuevo logo.
Un logo no puede hacer que tu empresa sea lo que no es.
Lo mejor de tu logo quizás ya lo tienes
Decíamos que un logo no puede cambiar a una empresa, pero sí puede ser un soporte apropiado para reforzar intenciones de cambio o mejora de las empresas. Para cambiar o mejorar, las instituciones, se ven obligadas a redefinir sus prioridades y sus valores. Muchas veces en un proceso de esta naturaleza surgen las claves para que una identidad nueva tenga sentido y presentar un cambio de identidad contribuye a reforzar estas nuevas prioridades y valores que procesa la institución.
Quiero que mi logo diga
La identidad de una empresa o institución se conforma por muchos elementos, y el logotipo es quien resume todos esos significados al asociarlos a una imagen. Es bastante frecuente que cuando los clientes llegan a hacer un logotipo pongan en él muchas expectativas. Y muchas veces pretenden que el logo “diga” lo que desean que se piense de su organización. Pero el logotipo es una pieza mas de un complejo sistema de comunicación que abarca también el relacionamiento personal de una institución y sus usuarios, su servicio, sus comunicaciones, como se viste el personal, como se atienden los reclamos y cual es la política de precios. Un logo no puede decir lo que su empresa ya no dice o intenta decir con sus acciones, tampoco puede decirlo todo. Un logo es síntesis y el lenguaje gráfico no tiene la precisión del lenguaje escrito. Los significados se sugieren pero depende de muchos factores que el receptor los capte tal y como pretendemos mostrarlos.
Tu logo no será el mismo en un tiempo
Los logos se “cargan” de contenido con el uso. Al generar aplicaciones o usarlo en productos y servicios que se relacionan con los clientes, éstos pasan a asociar ese logo con los atributos propios del producto o servicio. Así el logo puede captar significados positivos, negativos o simplemente cambiar de significado para el usuario. El logotipo de VW sigue siendo prácticamente el mismo que caracterizó al “auto del pueblo”, pero hoy puede verse también como imagen de autos de lujo.
Eso es un afiche
Un logotipo es una imagen que condensa significados, el valor de un logo es la síntesis. Muchas veces al empezar un trabajo de identidad recibimos el reclamo de que el símbolo represente muchas y muy diversas cosas. Tener una idea clara y de ser posible una, es un buen camino para generar una imagen contundente. El logo debe permitir una cierta amplitud de significados que le permita vivir los cambios que la institución vaya experimentando pero no puede cumplir el rol que tienen otras piezas de comunicación. Pretender “llenar” de contenidos a un logo es también una buena forma de llevarlo al fracaso.
Quiero un logo actual
Muchas veces llega a nosotros alguien buscando un logo actual, parecido a, similar a, o que sea como… Un logo debe tener una composición atractiva que facilite la recordación pero tiene que poder resistir el paso del tiempo, un logo excesivamente de moda puede tener un fuerte impacto en el momento de su lanzamiento pero probablemente se vea envejecido en un corto tiempo. Esto siempre depende del tipo de marca que se esté construyendo, si se trata de una marca para un evento que tiene una vida acotada, tomar el camino de hacer una imagen muy alineada con las tendencias de moda puede contribuir a posicionar rápidamente la marca.
Quiero un logo único
Otro de los requerimientos que generalmente recibimos tiene que ver con la singularidad de la marca. Si bien es cierto que para generar un espacio de sentido propio una marca tiene que ser singular muchas veces esta singularidad puede estar dada más por el programa de identidad que define su uso que por su singularidad de la marca en si. Muchas marcas tienen logotipos altamente distintivos que desde un punto de vista gráfico no son singulares (Sony, Panasonic, Philips).
No necesitas un logo
Es problable que si buscas un logo, lo que necesitas no sea un logo, sino un sistema de identidad.
Cuida tu logo (El mejor logo no resiste un mal uso)
Bien, ya tienes un logo que es fiel a la imagen de tu empresa, es robusto, flexible y está diseñado para durar en el tiempo. Cuídalo, ni el mejor de los logos resiste el maltrato en su uso. Un logo debe cumplir con determinadas reglas de coherencia en el uso dentro del sistema de comunicación que son vitales para garantizar su supervivencia y su “salud”. Un logo es parte de un sistema, por este motivo necesita el soporte de un manual de identidad que regule sus aplicaciones para garantizar la coherencia en su uso. Todavía sigue siendo frecuente encontrar compañías que no tienen una política clara de uso de sus símbolos.En esta nota nos referimos a logo en sentido coloquial no en su definición técnica)