La Bienal Iberoamericana se afianza como el espacio de encuentro de un diseño con características únicas. Cara visible de uno de los bloques económicos más importantes del planeta, la BID tiene mucho más que un idioma común para mostrar.
Nuevamente tuve el gusto de participar en la semana inaugural de la Bienal Iberoamericana de Diseño en Madrid y de las reuniones del Comité asesor BID de cara a lo que será la quinta edición. Una muestra de cerca de 400 trabajos de diseño de todas las disciplinas provenientes de Iberoamérica que ya se ha vuelto una cita obligada para tomarle el pulso a la producción regional. Un esfuerzo monumental que implica la búsqueda y selección del talento de esta región y su “naciente” diseño. Miles de trabajos que se revisan, evalúan y seleccionan durante dos años por parte de comités locales especializados, a los que se suman los que ingresan por inscripción directa, son premiados por un jurado internacional, para finalmente ser expuestos en la Central de Diseño de Matadero – Madrid.
La tónica sigue confirmando lo que veíamos en la segunda edición cuando escribimos preguntándonos por la existencia de un diseño Iberoamericano.
Espiritu de colaboración, busqueda de una forma propia, experimentación, sensibilidad social y una vitalidad “juvenil” que otras regiones ya no muestran. Decía Manuel Estrada en un artículo publicado recientemente que el diseño iberoamericano es como si fuera una persona de 18 años. Yo agregaría vital, poderoso, desafiante y a veces atropellado.
Las múltiples actividades que acompañaron la semana a inaugural permitieron un acercamiento entre nuestras distintas realidades, a través de conferencias y mesas redondas así como también espacios de formación en los talleres. Participé de una mesa de trabajo de entidades de promoción junto a instituciones de España y América Latina que permite vislumbrar una mayor articulación de la región.
Cambios operativos
Esta vez se redujo el número de premios para que los proyectos laureados tuvieran mayor destaque. En el mismo sentido se desarrolló un trofeo que identifica las premiaciones dándoles una cualidad tangible que es bienvenida. La selección de las categorías de premiación da una pauta de la intención de la Bienal; innovación, sustentabilidad, diseño para todos, cultura y desarrollo se suman a las tradicionales categorías disciplinares, interiorismo, producto, moda, gráfica y ahora también servicios.
Blanca y radiante.
Con un montaje expositivo novedoso, que despertó ciertas controversias, la central de Matadero se vistió de blanco para recibir las piezas. Envuelto todo el espacio en un tejido plástico similar al de las bolsas para alimentos a granel, los productos se montaron sobre bloques de poliestireno expandido y los tradicionales paneles se convirtieron en banderas. Ese marco luminoso le dio una nueva cara a la central de matadero que sorprendió a propios y extraños.
Diversidad de propuestas y productos.
Como siempre la amplitud de las propuestas fascina, aunque a los que estamos formados no debería sorprendernos el alcance de las áreas de intervención de nuestra disciplina. Los trabajos abarcan desde productos del movimiento maker como el telar de Walter Gonzales Arnao al diseño de aplicaciones tecnológicas de base social como “Por mi barrio” de Data.Uy. o los nuevos movimientos expresivos como el exclente trabajo de videomapping de el Arqa.
De la innovación tecnológica se pasa sin escalas a la sutileza del trabajo de Furf Design Studio con su propuesta Diseño Invisible. Proyecto desarrollado con el Insituto Paranaense de Ciegos que postula que la belleza no es solamente un tema visual y se adentra en el desafío de acercar el diseño a los ciegos y diseñar con ellos. Un abordaje que plantea muchas puntas teóricas mediante un trabajo de inmersión profunda de los diseñadores y que cuestiona muchos de los conceptos sobre el diseño, la función y la belleza.
¿Y por casa?
En lo que respecta a Uruguay la participación presenta una diversidad propia del estado actual de la disciplina. El grupo de trabajos es contundente y con profundidad conceptual. Una mirada hacia nuevas formas de hacer y pensar el diseño amplió la presencia de Uruguay desde el diseño de aplicaciones y videojuegos. En las áreas más tradicionales, se vio una presencia interesante del pujante sector de diseño de mobiliario y de las marcas independientes de indumentaria. La del 2014 ha sido una participación excelente teniendo en cuenta que con la nueva grilla de premiaciones que se obtuvieron dos primeros premios por parte de DATA (diseño e Innovación y Diseño de Servicios) y dos menciones, una para Pomelo Games por su Bullet Boy (Diseño Digital) y otra para DVL group por su control remoto para personas con discapacidad ONE (Diseño de Producto).
Volviendo al principio
La Bid sigue siendo la gran ventana de otro diseño, el que se ve poco en los medios que retratan al de los países con más tradición. ¿Existe una identidad? No totalmente, pero existe si un manejo natural de texturas, técnicas, colores y recursos que surgen cuando los diseñadores experimentan sin complejos su realidad. Quizás porque hay una menor insersión del diseño en los sistemas productivos, o por una impronta propia de quién vive los problemas de cerca, los temas de interés social siempre tienen un lugar destacado. Ya sea desde las estructuras de producción de los objetos, o por los usuarios a quienes estos van dirigidos, el diseño articula naturalmente con las demandas de la sociedad.
A diferencia de la Bienal que visité en 2010 los diseñadores se han apropiado del concepto de diseño iberoamericano y lo esgrimen sin las dudas que noté en la otra. ¿Qué es? Nadie se anima a definirlo tajantemente más allá del idioma o las cuestiones geográficas, pero sin dudas se trata de un diseño fresco, en construcción.
Cambios operativos
Esta vez se redujo el número de premios para que los proyectos laureados tuvieran mayor destaque. En el mismo sentido se desarrolló un trofeo que identifica las premiaciones dándoles una cualidad tangible que es bienvenida. La selección de las categorías de premiación da una pauta de la intención de la Bienal; innovación, sustentabilidad, diseño para todos, cultura y desarrollo se suman a las tradicionales categorías disciplinares, interiorismo, producto, moda, gráfica y ahora también servicios.
Blanca y radiante.
Con un montaje expositivo novedoso, que despertó ciertas controversias, la central de Matadero se vistió de blanco para recibir las piezas. Envuelto todo el espacio en un tejido plástico similar al de las bolsas para alimentos a granel, los productos se montaron sobre bloques de poliestireno expandido y los tradicionales paneles se convirtieron en banderas. Ese marco luminoso le dio una nueva cara a la central de matadero que sorprendió a propios y extraños.
Diversidad de propuestas y productos.
Como siempre la amplitud de las propuestas fascina, aunque a los que estamos formados no debería sorprendernos el alcance de las áreas de intervención de nuestra disciplina. Los trabajos abarcan desde productos del movimiento maker como el telar de Walter Gonzales Arnao al diseño de aplicaciones tecnológicas de base social como “Por mi barrio” de Data.Uy. o los nuevos movimientos expresivos como el exclente trabajo de videomapping de el Arqa.
De la innovación tecnológica se pasa sin escalas a la sutileza del trabajo de Furf Design Studio con su propuesta Diseño Invisible. Proyecto desarrollado con el Insituto Paranaense de Ciegos que postula que la belleza no es solamente un tema visual y se adentra en el desafío de acercar el diseño a los ciegos y diseñar con ellos. Un abordaje que plantea muchas puntas teóricas mediante un trabajo de inmersión profunda de los diseñadores y que cuestiona muchos de los conceptos sobre el diseño, la función y la belleza.
¿Y por casa?
En lo que respecta a Uruguay la participación presenta una diversidad propia del estado actual de la disciplina. El grupo de trabajos es contundente y con profundidad conceptual. Una mirada hacia nuevas formas de hacer y pensar el diseño amplió la presencia de Uruguay desde el diseño de aplicaciones y videojuegos. En las áreas más tradicionales, se vio una presencia interesante del pujante sector de diseño de mobiliario y de las marcas independientes de indumentaria. La del 2014 ha sido una participación excelente teniendo en cuenta que con la nueva grilla de premiaciones que se obtuvieron dos primeros premios por parte de DATA (diseño e Innovación y Diseño de Servicios) y dos menciones, una para Pomelo Games por su Bullet Boy (Diseño Digital) y otra para DVL group por su control remoto para personas con discapacidad ONE (Diseño de Producto).
Volviendo al principio
La Bid sigue siendo la gran ventana de otro diseño, el que se ve poco en los medios que retratan al de los países con más tradición. ¿Existe una identidad? No totalmente, pero existe si un manejo natural de texturas, técnicas, colores y recursos que surgen cuando los diseñadores experimentan sin complejos su realidad. Quizás porque hay una menor insersión del diseño en los sistemas productivos, o por una impronta propia de quién vive los problemas de cerca, los temas de interés social siempre tienen un lugar destacado. Ya sea desde las estructuras de producción de los objetos, o por los usuarios a quienes estos van dirigidos, el diseño articula naturalmente con las demandas de la sociedad.
A diferencia de la Bienal que visité en 2010 los diseñadores se han apropiado del concepto de diseño iberoamericano y lo esgrimen sin las dudas que noté en la otra. ¿Qué es? Nadie se anima a definirlo tajantemente más allá del idioma o las cuestiones geográficas, pero sin dudas se trata de un diseño fresco, en construcción.
D.I. Álvaro Heinzen.